La hidrocefalia no es una enfermedad sino una manifestación de diversas enfermedades, y se presenta de diversas maneras según la enfermedad que la ha originado. Puede ser por malformaciones congénitas, infecciones, hemorragias, tumores, parásitos. Finalmente, se produce aumento del líquido cefalorraquídeo dentro del cerebro, generalmente con aumento de la presión intracraneal, que progresivamente causa daño al encéfalo y puede llevar a la muerte. El tratamiento consiste en drenar el líquido hacia fuera del cerebro para impedir daños irreparables. Las válvulas de silicona pueden servir para drenar el líquido, pero tienen muchas complicaciones, actualmente la mejor alternativa es la endoscopía cerebral. Con el endoscopio cerebral se pueden llegar a zonas antes consideradas inalcanzables, con mínima morbilidad y rápida recuperación del paciente.
Parece mentira que en pleno siglo 21, todavía tengamos noticias de personas que hacen llamados por la televisión , las radios y diversos medios de comunicación, solicitando una válvula para un familiar que sufre de hidrocefalia. O lo que es todavía peor, tener niños con cráneos inmensos porque no hubo medios para tratarles la hidrocefalia. Y pacientes con múltiples operaciones sin hallar mejoría, incluso presentando complicaciones evitables e irreversibles.
Así como la cirugía laparoscópica ha superado a la cirugía tradicional, lo mismo la cirugía endoscópica cerebral ha demostrado su eficacia y menores complicaciones. Lo que al final redunda en menores costos para el paciente y el sistema de salud. Ahora que están de moda las demandas por negligencia médica, hay que tener en cuenta, cada vez más, a la endoscopía cerebral.
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